viernes, 30 de noviembre de 2007
martes, 27 de noviembre de 2007
El pretexto "civilizador" de una "religión superior" es el disfraz ideológico del afán de rapiña imperial. Según el académico Marín González, el fundamentalismo protestante es la base ideológica de toda la expansión geopolítica actual de EEUU. Todos los jefes del poder estadounidense están impregnados de una ideología que antes inspiró el exterminio indígena de América del Norte, para anexar sus tierras ancestrales, y arrebató después gran parte del territorio de México.
José Marín González se doctoró en antropología en la Universidad de La Sorbonne, cursó postgrados en el Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL) de París, en el Instituto Universitario de Estudios del Desarrollo (IUED) y en la Academia Internacional del Medio Ambiente de la Universidad de Ginebra, donde enseña desde 1989. Es investigador de la Red Internacional Universitaria de Ginebra (RUIG), trabajó en África con la Unesco y colabora con instituciones y publicaciones de Europa y América Latina.
Para el académico peruano, la principal base social del partido Republicano de George Bush está en el movimiento evangélico fundamentalista más conservador de EEUU. "Ese partido está asociado a los llamados tele-evangelistas, que son los grandes predicadores del sistema de televisión, conectados -además- a toda una red de publicidad y marketing que procura optimizar la manipulación del pueblo estadounidense", aseveró el docente peruano. "Todo ese integrismo está confrontado hoy a lo que ellos llaman "fundamentalismo islámico", que reacciona resistiendo al terrorismo de Estado que se impone a nivel planetario. No podemos hablar de terrorismo en términos singulares, hay que hablar de terrorismo en términos plurales", dijo Marín González, en esta estrevista en Bruselas.
El gobierno de EEUU monopoliza el terrorismo de Estado controlando las posibilidades militares, policiales y judiciales de coerción sobre sus ciudadanos. "Estamos presenciando que este fundamentalismo religioso estadounidense está aliado a la violencia militar que en estos días maltrata a la humanidad entera", afirmó Marín. En otras palabras, "estamos ante la confrontación de dos fundamentalismos", dijo. "Un poco en broma y un poco en serio se dice que existen talibanes al sur, pero también existen ‘talibushs’ en el norte", añadió.
Para el estudioso peruano, el fundamentalismo protestante estadounidense está hoy prácticamente en alianza con el sionismo, en una entente de "pueblos elegidos" o predestinados, aún cuando ambos fundamentalismos imaginan que posteriormente todos comprenderán su verdad y aceptarán la luz de su Dios: esto sella una serie de alianzas", manifestó el antropólogo. La condición de "pueblo elegido" habitando una "tierra prometida" está entronizada en la ideología religiosa fundamentalista estadounidense. "La expansión de Estados Unidos hacia Texas, Nuevo México y California en el siglo 19 estuvo inspirada en la llamada doctrina del ‘destino manifiesto’... Estamos hablando de lo mismo: ‘no es nuestra culpa, Dios nos escogió’... Así, no quedaba más que someterse a los designios divinos", dijo Marín.
Telepredicadores influyentes
A los pocos días de ser re-elegido, Bush recibió a los principales predicadores teleevangelistas, una cofradía de grandes controladores de opinión pública con acceso a millones estadounidenses a través de un sistema de televisión similar al que controlan hoy los pentecostales del Brasil. "Son capaces de ocupar grandes espacios de TV durante toda la semana y sobre todo en fin de semana", afirmó.
Los predicadores bombardean constantemente a la población con mensajes ideológicos. Precisamente, Pat Robertson, un catequizador que fue candidato presidencial republicano en 1988, llamó a asesinar al Presidente de Venezuela Hugo Chávez, durante una prédica transmitida el 22 de agosto de 2005 por la Christian Broadcasting Network, una red estadounidense de radio y televisión evangélica.
En la fanatizada visión religiosa fundamentalista de Robertson, el jefe de Estado de Venezuela es "un elemento diabólico" que debe ser eliminado. Marín afirmó que "los orígenes de este fundamentalismo, expresado como ideología del poder, provienen del siglo 17, pero en los tiempos actuales están más marcados en el partido Republicano, que se identifica plenamente con el programa evangelista.
Hollywood mostró por décadas a los indígenas estadounidenses personificando "el mal". Los cuáqueros, mormones y demás blancos fundamentalistas calvinistas —que en definitiva se quedaron con sus territorios— disfrutaron del derecho de matar, en acciones tácitamente aprobadas por Dios. Así, los "elegidos" terminaron por instalarse en una tierra "prometida"... pero ajena.
Línea directa con... Dios "Ronald Reagan (1981-1989) contrapuso ‘el imperio del mal’ (Unión Soviética) al ‘imperio del bien’ (EEUU). Y bajo ese principio, las iglesias contribuyeron a financiar mercenarios que masacraron sandinistas, porque según esa teoría Satán estaba invadiendo ‘la tierra prometida’, el imperio del bien. La respuesta militar llegó a Nicaragua con los llamados ‘soldados de la libertad’, mercenarios y asesinos profesionales financiados por el gobierno de Reagan cuando el padre del actual presidente dirigía la CIA", dijo Marín.
"Reagan y Bush aseguraron estar en contacto con Dios. El difunto mandatario pretendía obedecer la inspiración divina, ya que no se consideraba un político común y corriente. Al contrario, hasta sus primeros encuentros con los soviéticos en Suiza, dijo tener un contacto privilegiado para servir los designios divinos de una manera honesta y fiel", señaló el académico. Suiza fue el escenario de las primeras negociaciones de las dos super-potencias, entre Reagan y Mijail Gorbachov, en la década de los ’80.
"En algunos momentos hubo fricciones entre la emigración judía y los fundamentalistas cristianos, pero en su segundo período, Reagan —hablando ante los periodistas invitados a la Casa Blanca para celebrar la re-elección— afirmó estar casi seguro de que su generación llegaría al Argamedón, el lugar mítico donde se enfrentan el bien y el mal, según San Juan del Apocalipsis. Y dijo a los periodistas: ‘Dios ya escogió a sus aliados’", añadió el académico.
Primero oración, después café
"Bush asegura que hoy existe un ‘eje del mal’ y que ataca a los países de Oriente por mandato expreso de Dios. La oración matinal se convirtió en la primera actividad oficial cotidiana de casi todos los servidores públicos, incluida gran parte de los militares del estado mayor que acataron hasta en las oficinas del Pentágono la norma impuesta por el entonces ministro de Justicia John Ascroft. El trabajo del día debía comenzar con la oración religiosa, después que Ascroft hizo cubrir las estatuas griegas que atentaban contra este pensamiento moral", dijo Marín.
"El presidente proclamó sus propios encuentros con Dios. Bush pretendió obedecer a una predestinación de Dios para enviar sus ejércitos a Irak a cumplir el pacto de civilizar al mundo islámico, llevarle la verdad ...y la democracia. El concepto de que EEUU encarna a la civilización encontró respaldo teórico en el mundo académico. El profesor Samuel Hungtington, de la Universidad de Harvard, inventó una teoría del "choque de las civilizaciones", afirmando que el mundo islámico no está en capacidad de vivir la democracia "made in USA", sostuvo Marín. "Así, apoderarse del petróleo y del gas en ‘guerras preventivas’ tiene también una justificación religiosa".
Para el profesor Marín, este movimiento político no se limita a la política exterior o a su expansión geopolítica, sino que también tiene muy graves consecuencias en la vida cotidiana doméstica de los estadounidenses. El oscurantismo del sector gubernamental protestante se irroga el rol de "mayoría moral", manifestándose contra el aborto, los homosexuales y la presencia de la mujer en el trabajo económico fuera de casa. Los fundamentalistas cristianos preferirían a las mujeres de regreso en sus hogares, mientras -a nivel escolar- prohiben enseñar la teoría evolucionista de Charles Darwin sobre la evolución de las especies, ya reemplazada en casi todos los colegios por la teoría creacionista -Dios creó al hombre-. "En muchos estados, el pobre Charlie Darwin ha sido procesado y excomulgado del programa académico", aseguró Marín.
Según el académico peruano, "esta historia de ‘mayoría moral’ lleva prácticamente a un regreso a las cavernas, a un conservadurismo bastante primario y rudimentario que irroga sufrimientos a grandes sectores de la población". La alianza del fundamentalismo religioso con el patrioterismo extremista engendró la llamada ley "Acta Patriótica", que permite al Estado investigar la vida privada de los ciudadanos y seguir electrónicamente sus lecturas hasta en las bibliotecas municipales (The Patriot Act I & II). "Es una mezcla vil de patrioterismo, moralismo religioso y puritanismo...", sentenció el antropólogo.
Más racismo que antes
—Si Ascroft sólo fue ministro de Justicia, ¿cómo pudo tapar las estatutas griegas e imponer los círculos de oración incluso en el Pentágono, que es el ministerio de Defensa?
— Es que ésa es la tendencia general entre toda gran mayoría de los altos jefes del gobierno... No llegas a ser un cuadro clave en la administración Bush si no formas parte del movimiento religioso... No hay grandes inconvenientes en imponer comportamientos religiosos al interior del aparato del Estado.
La emergencia del fundamentalismoreligioso norteamericano como sustento ideológico de su expansión geopolítica amenaza con reproducir todos los monstruos que han asolado a la humanidad, principalmente el nacionalismo que alcanzó sus clímaxs con la experiencia turca frente al pueblo armenio, con el holocausto de más de seis millones de judíos o con las 500.000 víctimas del pueblo gitano masacradas por esta doctrina.
En el siglo 20 resurgieron el nacionalismo y el racismo, con la aparición del apartheid en Africa del Sur y el segregacionismo en EEUU. Reapareció toda una proposición dogmática sin ningún tipo de tolerancia, en la que no hubo espacio para la diversidad. La "Patriotic Act" es hoy la expresión de este regreso a la caverna. No estamos mejor... si se compara la "Patriotic Act" con la política interna de espionaje familiar que desarrollaron los nazis en la Alemania de Hitler.
Y el mega proyecto de control llamado Echelon busca espiar a la ciudadanía planetaria a través de Internet, del fax, del teléfono y hasta del tipo de lectura que uno realiza durante sus viajes... Echelon fue propuesto incluso para ser aplicado en las agencias de viaje...
— Al comienzo, Echelon fue resistido por Europa...
— El gran estratega de Echelon fue Donald Rumsfeld, quien trabajó como 20 años en el montaje del proyecto. —Y todo este fundamentalismo se inserta en una sociedad mercantil ... donde no todos pueden acceder al mercado...
—...No todos, porque muchos han sido llamados, pero pocos son los escogidos. Y como en el fundamentalismo hay un principio de "predestinación", tampoco existe un problema de "mala conciencia". Debería comprenderse a un banquero suizo, protestante y calvinista, que se va un martes a Buenos Aires, especula en la bolsa, destruye 20.000 puestos de trabajo, levanta 14 millones de dólares y el fin de semana está tranquilamente de regreso en su casa bebiendo champaña... sin ninguna culpabilidad porque está dentro de su ética. La ética protestante es el espíritu del capitalismo financiero. Lo afirmaba Max Weber cuando dijo: "Si estos son miserables, es porque Él lo sabe’".
— Entonces, no sólo es chiste que la sociedad de mercado es como el paraíso: ¡no es para todos!
—Para acceder a los puestos más importantes de los bancos en Suiza había que jurar ante la biblia. Allí es dónde entran las alianzas: son pactos con el poder divino. Alguien no se convierte en rico porque trabajó mucho... Hay una predestinación: "el Supremo está contigo". Si no, no podrían dormir.
En mis reflexiones relaciono siempre el tráfico de esclavos -físico y directo- con la presencia de las mejores colecciones de arte africano en un país mediterráneo como Suiza, que no tuvo ninguna actividad marítima. Esa riqueza artística se debe a que los banqueros suizos financiaron a los comerciantes de esclavos, quienes a su regreso devolvían el dinero, pero también traían "recuerdos de los salvajes", máscaras y atuendos, que terminaron en las bóvedas de los bancos... A la muerte de estos señores, algunas familias donaron esos objetos a los museos. Hoy el desplazamiento de exposiciones y muestras de arte que salen de países latinoamericanos también encubre fugas de patrimonio de esas naciones, al igual que las corridas bancarias al exterior del capital financiero".
Ernesto Carmona Ernesto Carmona es consejero nacional del Colegio de Periodistas de Chile y secretario ejecutivo de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (Ciap) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap). |
domingo, 25 de noviembre de 2007
Pancho no quiere chicle (Tomado de rebelion.org)
Rebelión
Los gringos son una especie de Rey Midas de los estereotipos. Todo lo que miran lo reinterpretan, lo sintetizan y luego lo escupen a para que nosotros creamos que somos lo que ellos dicen y no lo que realmente somos.
Para ellos un ‘’latinou’’ es un personaje morenito, bajito, que usa un sombrero grande con madroños en el ala, un poncho al hombro de origen indefinido, pantalones blancos percudidos, alpargatas, chalequito de torero, bigotito que no termina de germinar, siempre achinado, portador eterno de una sonrisa tonta, porque un tonto no sabe sonreír de otra manera. Es dormilón nuestro ‘’latinou’’, duerme porque es muy flojo y, cuando no lo hace, además de sonreír como tonto, dice ‘’si señor, si señor’’ a todo lo que le pregunten.
A veces baila Pancho, porque siempre se llama Pancho. Cuando Pancho baila muerde obligatoriamente un clavel, se para como un torero y da un taconazo al piso con la suela de su alpargata. Toma a María en su brazos y baila un jarabe tapatío dando largos pasos de un tango sintético, gringo, de brazos estirados. La música le llega al cuerpo de nuestro Pancho desalmado, y siente una urgencia de lanzar a María, de un empujón apasionado, al otro lado de una pista de tierra donde, por alguna razón, siempre hay una gallina que huye aleteando alarmada. Zapatea Panchito emocionado como lo haría un imaginario e imposible andaluz, mientras grita. ¡Andale, ándale, ipa, ipa y olé!
Pancho sufre del un mal común entre los Panchos, cada vez que aparece en escena un acorde de guitarra lo acompaña. Su pueblo, siempre polvoroso, no conoce el silencio, cada Pancho un acorde cada acorde un tiroteo, un ay ay ay, un si señor. Cuando Pancho duerme María lava la ropa en el río mientras, miles de Pepitos corren medio desnudos por las calles de tierra detrás de un perro flaco.
En el pueblo hay una iglesia, una cantina, que siempre se llama Cantina, y un mercado que es destrozado cada día cuando Pancho pelea con Pancho, haciéndole mas daño a los tomates y piñas, nunca faltan las piñas, que al bribón que se ganó la golpiza por decir no se qué de la madrecita santa de Pancho que también se llama María.
Siempre hay un gringo extraviado, que aparece en el pueblo para remediar lo irremediable. Con su ingenio innato, inventa una bomba para sacar agua de un pozo que el mismo excava con el viril sudor de su frente. Cuando suda Jack no suda, se pone mas guapo, es como si se pusiera gomina, su pelo se despeina bonito, cae el mechón indómito justo sobre el ojo azul cielo del hombre que conoce la libertad.
Como el usa Colgate sus dientes son tan blancos que ya no parecen dientes, parecen chicles de menta. Y es eso lo que atrae a los Pepitos harapientos que, en coro desafinado, gritan señor, señor chicle por favor.
Conocen el chicle de forma ancestral. En tiempos inmemorables un Billy estuvo en el pueblo y dejó siete viudas, doce hijos, un Ford modelo T, y una primitiva caja de chicles. El abuelo Pancho cuenta cada noche de luna, las aventuras de aquel gringo valiente que salvó a pueblo de si mismo cuando el solo era un Pepito.
El pueblo de Pancho se llama indistintamente, Tijuana, Río de Janeiro, Buenos Aires, Bogotá o Madrid. Tiene un aeropuerto en el cual aterrizan modernos Boeings y Jumbos entre cochinos, ovejas, cabras y gallinas que viven el todas partes menos en un corral. Custodian a modo de pastorcitos al rebaño y a la patria Panchos uniformados de soldados represores, malvados, corruptos, dispuestos a desplumar tanto a las gallinas como a los gringos que pasen por su jurisdicción.
Dentro de una oficina de paredes sucias, que no han visto una mano de pintura desde que Bobby pasó un día y la pintó, un bombillo intermitente y solitario cuelga del techo como un ahorcado que se niega a pasar a mejor vida. Una mesa compartida por sellos, botellas de tequila vacías y María de la Mala Vida, quien le soba los pies al sargento Pancho que, sin botas, sin camisa pero con la pistola al cinto, extiende la mano, sin levantar la mirada, y con voz pastosa de dice: ‘’dólar señor’’.
El presidente Pancho, vestido de general condecoradísimo, habla inglés como Ricardo Montalbán. Recibe a Jimmy, un emisario del valiente George, con una sonrisa cínica, un buenos días burlón, y un desayuno ranchero en un patio andaluz opulento, pletórico de aves meridionales, según palabras rebuscadas de Pancho, y gallinas no tan exóticas que, como ya sabemos, son los únicos seres que gozan de libertad por estos lados.
Pobres Panchos ricos en diamantes, oro, petróleo, madera, ríos, mares. Lo que la naturaleza tenía que repartir por todo el mundo cayó sobre ese pueblo polvoriento. Panchos brutos incapaces de manejar sus recursos y sus destinos, Panchos que recién descubren los carros, la televisión, la Coca-Cola. Ignorantes personajes que deben ser educados a punta de Paris Hilton, Warner Brothers y American Express. Cambiou espejitou por orou.- Dice Sam con sus dientes Oral B, su pelo Head & Shoulders y su actitud Monroe, América para los americanos, o sea, All of the Americas just for us.
En la medida que nos sintetizan nos fragmentan en mil Tijuanas. Vaya paradoja, nos dicen que no somos hermanos, tenemos fronteras, el vecino es raro, no existe, o es una amenaza, pero a la vez somos todos Panchos y Marías, lo vi en el cine mientras comía cotufas, lo veo en la tele cada día. Señores que confusión.
No se salvan ni ellos mismos de esa manía reinvencionista. Se dibujan a si mismos como musculosos salvadores irremediablemente guapos, capaces de dar la vida por defender su causa en lugares remotos y hostiles. Son hijos de la tierra de la libertad, the land of the free, the home of the brave. Son todos ricos y poderosos aun cuando Billy Bob viva en un trailer de latón. Tienen negros malos, Panchos degenerados, pero siempre ganan los buenos, ellos, rubios, hombres tan templados que son capaces de besar a Jenny en medio de una explosión devastadora, que no les tiembla la voz ante un cañón de Magnum apuntándole la nariz: ‘’go ahead make my day.’’
Se pintan tan maravillosos, nos pintan tan imbéciles, que no les cuesta creerse su propia mentira, dejan de verse mientras se miran en la pantalla gigante de su vanidad.
Pero como yo me llamo Carola y no usé nunca faldas de flores y faralaos, ni parí ocho pepitos, no me lo creo. Jamás esquivé a una gallina en un aeropuerto, si vi algún soldado con cara de maluco alguna vez, pero he visto otros con caras de Robertos normales y corrientes. Nunca he sido arrojada, por hombre alguno, al otro lado de la pista de baile de un apasionado empujón. Yo no me lo creí, ni yo, ni la mayoría de quienes vivimos al sur del Río Grande.
Claro que siempre hay un desubicado que, al ver que no se parece a Pancho ni María, que por el contrario, es blanco, tiene carro y habla inglés, se cree que es un gringo con mala suerte, que le toco nacer en Caracas y no en la mayami de sus anhelos.
Se sienten como un Mike atrapado en el cuerpo de un Alberto, viven una vida limitada por un pasaporte que nos los representa. Desean desesperadamente una intervención de esas que los militares llaman quirúrgicas, de esas que los civiles blancos creen que no los afectan. Se consideran inmunes a las bombas inteligentes que no distinguen a un Pancho de un Alberto porque fue un Andrew quien la inventó.
Mission accomplished dijo Georgie, vestido de piloto de combate con un traje que le quedaba apretado y hacía que su andar fuera extraño porque se le quemaba el arroz. No solo calculó mal la talla de su disfraz de héroe, se equivocó, como solo lo puede hacer un idiota que se traga sus propias mentiras, al calcular la talla de su adversario.
¿Misión cumplida George? ¿Really?...
Sobre esa montaña de mentiras definen sus estrategias y así no hay cálculo posible. No hay flecha que de en el blanco si se apunta a un espejismo.
Usando a sus Panchos útiles, intentan en vano quebrantar nuestro espíritu con tarjetas Mi Negra, limosnas que no queremos, sueños que no soñamos. Como el flautista de los cuentos, pretenden atraernos con su música a ritmo de barras y estrellas, pero tenemos ojos grandes y vemos mas allá, y por muchas estrellas que nos ofrezcan, nosotros solo miramos las barras detrás de las cuales nos quieren colocar.
Entonces se descolocan cuando les miramos a los ojos, sin sombreros con madroños de por medio, y les decimos decididos: No señor, no señor, váyase a la mierda señor...